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Historia de los estudios lingüísticos

Gramática de la antigua india
A pesar de que se cree generalmente que los estudios lingüísticos tienen su origen en la Grecia antigua de los filósofos presocráticos es en la Antigua India donde se hayan los primeros textos gramáticos pertenecientes a una protolingüística hindú que tiene su punto de origen en los  Astadhiai (ocho libros), escritos por Panini hacia el Siglo IV A.C., dando inicio a lo que hoy se conoce como lingüística descriptiva y lingüística generativa; este texto destaca por contener descripciones muy rigurosas y precisas sobre diversos elementos idiomáticos del sánscrito, lo cual era un procedimiento revolucionario para la época. En estos libros se encuentran referentes de escritos anteriores basados en los estudios de la literatura religiosa del período védico (1200-1000 a.C.).  La razón de semejante nivel de rigurosidad en el Astadhiai correspondía a criterios religiosos: la necesidad de preservar la integridad lingüística del sánscrito para realizar apropiadamente las ceremonias religiosas védicas. Sin embargo, el Astadhiai mantenía cierto apego por el análisis lingüístico desde la dimensión formal del lenguaje, es decir, la dimensión que toma en cuenta la forma de la lengua en un plano fonético-fonológico y morfo-sintáctico. Los estudios gramaticales hindúes profundizan en la estructura interna de la palabra, con un avanzado conocimiento morfológico.

Los gramáticos Katyayana y Bhartrhari (entre otros autores), al igual que Panini, también contribuyeron a la elaboración del canon lingüístico de los vedas, llamados Vedangas, compuestos de seis textos, cuatro de ellos vinculados al idioma: el Shiksha (fonética y fonología), los Chandas (prosodia, métrica), el Vyakarana (gramática) y el Nirukta(etimología).


Gramática de la antigua China
China también dio sus aportes. El Xiaoxue (“Estudios elementales”), escrito en los años anteriores o cercanos a la Dinastía Han (206 A.C. – 220), estudió el chino como idioma desde tres bifurcaciones pertenecientes al mismo tratado: desde el Xungu (exégesis), desde el Wenzi (análisis de la escritura) y desde elYinyun (estudio de los sonidos); todos ellos tenían como fin la comprensión de diversos textos de dicha dinastía. El Erya (ap. S. III A.C.) y el Shuowen Jiezi(ap. S. II A.C.) son los primeros trabajos lexicográficos chinos. El Fangyang, editado por Yang Xiong (53 A.C. – 18 D.C.), constituye el primer trabajo en China dedicado a las variaciones dialectales, mientras que el Shiming (ap. 200 D.C.) trató la etimología. El análisis del significado de las palabras en el chino fue iniciado por dos filósofos: Gongzun Longzi, quien abordó el tema desde los silogismos retóricos, y Xun Zi, quien consideró como apropiada la idea de que un nombre corresponda a un objeto, mediante un uso convencional del término utilizado para designar el referente en el mundo real.




Gramática griega
Se discuten dos cuestiones de carácter bastante general:

1) Natural-convencional
Hasta qué punto el lenguaje era “natural”, impuesto por la naturaleza del mundo (como afirmaba Heráclito) y hasta qué punto “convencional” asumido tácitamente en determinadas comunidades lingüísticas por conveniencia comunicativa (según afirmaba Demócrito).

2) Analógico-anómalo
Hasta qué punto el lenguaje está inherentemente estructurado y ordenado mediante reglas (analógico) y hasta qué punto es irregular, variable e impredecible (anómalo).

Estas polémicas marcan el futuro de la lingüística occidental en tanto señalan los dos caminos que ésta seguirá en su evolución: la especulación teórica por un lado, y la aplicación práctica y normativa por otro

Platón 427-348 AC dedicó uno de sus diálogos socráticos a cuestiones del lenguaje (El Cratilo debate el origen del significado en las palabras; sobre si éstas son naturales o si son arbitrarias). El interés de Platón es tomado por Aristóteles quien trato cuestiones lingüísticas relacionadas con la retórica y la crítica literaria. En sus obras aparece un primer análisis de la estructura: onoma y rhema (FN-FV). A partir de esta primera dicotomía asistimos a los inicios de un sistema de clases de palabras.
    
Los estudios gramáticos griegos son los que establecen las categorías gramaticales y la clasificación de las palabras tal y como las conocemos hoy en día. Las aproximaciones gramaticales de la época postalejandrina y helenística en la escuela estoica establecen un fuerte lazo de unión entre la lingüística griega y la latina y sientas las bases de toda la lingüística occidental hasta la Edad Moderna.


Los Estoicos
Estos concebían al lenguaje como la clave para llegar a comprender cómo funcionaba la mente humana. En los años siguientes al 300 AC, miembros de la escuela estoica escribieron un número considerable de tratados específicamente lingüísticos, y está claro que desarrollaron una teoría general del lenguaje y, con ella, teorías sobre la fonología, la sintaxis y la semántica.

Los estoicos tenían una inclinación mentalista y racionalista. Para ellos, la lingüística era una disciplina a parte de la filosofía. Esta corriente desempeñó un papel muy importante en la identificación de las categorías gramaticales relevantes del griego. Sus análisis semánticos de los verbos griegos muestran una gran intuición y desarrollaron con éxito la división sintáctica de la oración de Platón y Aristóteles en un sistema de cuatro- y después de cinco- distinta clases de palabras. Pero por lo que se conoce ahí se detuvieron. La lingüística de los estoicos continúo hasta que fueron cerradas junto con otras escuelas paganas por Justiniano en el 529, debido a su incorporación al saber cristiano.


Los alejandrinos.
Al mismo tiempo que los estoicos avanzan en sus estudios sobre el lenguaje aparecen los alejandrinos para imponerse a través de las triunfales conquistas de Alejandro Magno.

Se crean dos famosas escuelas para la enseñanza del griego: Pérgamo y Alejandría. Los estudiosos sentían la necesidad de preservar los niveles literarios de la gramática griega y del estilo griego alcanzados por los grandes autores de la época clásica. Aparece en este contexto una de las gramáticas más famosas, La Tékhne Grammatiké, cuya autoría es atribuida a Dionisio de Tracia (año 100 a.C. aprox), es la obra pionera en utilizar una gramática formal y esquemática de la oración, donde se examinan sus diversos elementos (nombre, verbo, participio, etc.). En esta Dionisio definía la gramática como el estudio empírico del uso de los poetas y escritores. Ésta era una concepción de los estudios lingüísticos muy diferente a la de sus predecesores y a la de sus contemporáneos estoicos. La polémica se instaló entre aquellos que deseaban mantener la lingüística como disciplina filosófica basada en los que se creían principios verdaderamente científicos y aquellos otros que eran decididamente empiristas, acudiendo a la observación externa de las obras de los escritores como método y justificación.

Los alejandrinos desarrollaron ocho clases de palabras: nombre, verbo, participio, artículo, pronombre, preposición, adverbio y conjunción; y las categorías de caso, tiempo, número, género, etc. Estas clasificaciones se convirtieron en modelos para otras gramáticas griegas y para la detallada descripción de la sintaxis del griego llevada a cabo por Apolonio Díscolo en torno del año 200 a.C., quien escribió varios tratados de gramática, describiendo a fondo la estructura oracional con sus partes..

La morfología de Dionisio y la sintaxis de Apolonio fueron las bases de la enseñanza del griego y dieron lugar a un gran número de comentarios, compendios y otros apoyos didácticos a lo largo del imperio romano de Oriente y el periodo bizantino.

Mundo romano
Los estudiosos romanos concebían la representación de la fonología y la gramática del latín de manera muy similar a los griegos debido a la contaminación existente entre ambas lenguas.

Aparece un importante estudioso latino Marco Terencio Varrón (116-27 AC) en De lingua latina, donde también explicó el proceso de creación de la lengua, así como establece una división del léxico latín en palabras flexionadas (“productivas”) y no flexionadas (“estériles”). Varrón realizó una larga y prolija disquisición sobre la lengua latina, en la que investigó su historia, su uso contemporáneo y su estructura gramatical.

Desde los primeros tiempos de la era cristiana apareció un número importante de gramáticas del latín. Presentaban al latín basado lo más posible en el marco teórico proporcionado por las gramáticas griegas existentes. Todas estaban orientadas hacia la literatura en su planeamiento educativo y tenían fines didácticos. Las más destacadas fueron, por un lado la de Dionisio (S. IV) que consistía en un manual que resumía de forma catequística lo esencial de la ortografía, fonología, morfología del latín. Por el otro la de Prisciano (500) Institutione Grammaticae. A este estudioso se lo considera como el eslabón entre la antigüedad clásica y la Edad Media en Europa. En su extenso tratado sobre la gramática del latín se basa completamente en modelos griegos en cuanto al método y a la teoría, traduce a Apolonio, en algunos casos casi palabra por palabra, al latín con ejemplos latinos.

La Europa Medieval
Prisciano y Donato constituían la base para el estudio de la gramática en la Edad Media y para la enseñanza del latín.

Prisciano proporcionó el material para las gramáticas escolásticas. Donato, en su Ars Grammatica (Siglo IV d.C.), se ocupó de estudiar las partes del discurso, así como la fonética, la métrica y la estilística latín, proporcionando asi la brevedad, concisión y disposición que facilitaba el aprendizaje.

A pesar de las limitaciones existentes en la edad media  se dan trabajos de gran importancia. Se establece una reinterpretación filosófica, se justifica la gramática de Prisciano dentro de la filosofía católica en la forma establecida por Santo Tomás de Aquino (1224-1274). Esta filosofía, conocida como tomismo, era una síntesis de la lógica y la metafísica aristotélica y de la fe cristiana.
Roger Bacon en Opus Maius (1267) trata sobre los idiomas bíblicos (latín, griego, hebreo y árabe), argumentando que tal estudio  conduciría a una comprensión de la sabiduría revelada por Dios. Dante Alighieri, en De Vulgari Eloquentia (1303- 1305 aprox.), propuso  tres innovadoras conclusiones: 1) la lengua vernácula es un objeto de estudio; 3) la lengua vernácula tiene la misma relevancia que el latín; y 2) la lengua vernácula no es estática, sino que sufre cambios en medio de una contextualización histórica.

La expansión del islam provocó la necesidad de estudiar el árabe el cual fue adoptado Lengua franca. El propósito de tales estudios era muy prescriptivo, dirigido principalmente a los musulmanes no árabes (como los persas), con el objeto de interpretar correctamente el Corán. Los gramáticos Abdalá ibn Abi Ishaq al-Hadrami (m. 735 – 736 D.C.) y Sibawayh (c. 760 – 793) fueron los pioneros en los estudios del árabe, sobre todo éste último en su obra Al-kitab fi al-nahw (“Libro sobre la gramática”), en la cual analizó diversos aspectos del idioma, como también hizo una distinción entre fonética y fonología.

La gramática ahora estaba fuertemente controlada por los filósofos. El largo predominio de la gramática de Dionisio, basada en lo literario, se vio eclipsado de momento en gran parte de Europa. Ahora se redefinía la gramática como un medio de relacionar el lenguaje con la mente humana. La teoría modista considera que cada parte de la oración se caracteriza por representar una parte de la realidad de un modo determinado. A partir de esta premisa, abordan cuestiones de enorme interés en el ámbito de la sintaxis, la morfología o la semántica, como la función metalingüística del lenguaje, el concepto de “significado”, o los binomios intensión-extensión y connotación-denotación.
La teoría del lenguaje con la que operaban los gramáticos especulativos adoptaba tres niveles interrelacionados: realidad externa o formas en que el mundo existe, sus propiedades reales (modi essendi), las capacidades de la mente para aprehender y comprender éstas (modi intelligendi) y los medios a través de los cuales la humanidad puede comunicar esta comprensión  ( modi significandi).

Los modistas diferenciaron el nombre y el verbo a través de dos modus distintos:

Modus entis: las cosas como entes con existencia continuada. Ej. Dolor, designa una parte permanente de la experiencia de los seres que sienten en el mundo.

Modus esse: fenómenos pasajeros limitados por el tiempo en los que participan los entes. Ej. Doler, posee una referencia a un espacio temporal, a estados pasajeros de cualquier ser que siente.

Los gramáticos modistas lograron importantes resultados con notables consecuencias en la historia lingüística. Por primera vez en la tradición lingüística europea, se formuló una teoría general abstracta de la sintaxis, basada en la unión (compositio) del modus entis del nombre y el modus esse del verbo y en la previsión de la subordinación y de la recursividad.  

El legado más importante de la gramática especulativa es la teoría de la gramática universal o de los universales lingüísticos. El mundo era uno, las capacidades y operaciones de la mente humana, (según ellos dadas por Dios), eran las mismas en todos los hombres y, por tanto, el lenguaje era uno y el mismo en cualquier parte, las aparentes diferencias las consideraban meros accidentes.








El Renacimiento: la lingüística en la Europa moderna

Las épocas del Renacimiento y de la Ilustración significaron una segunda “explosión Cámbrica de la razón” en la ciencia. La lingüística no fue una excepción. A pesar de que la gramática del latín seguía siendo importante (tanto como la del griego), las gramáticas de diversas lenguas, como las romances (español, francés, etc.), tuvieron un impulso significativo, lo cual interesó a los especialistas en el estudio de una mayor variedad de idiomas, así como en el análisis de las características generales que las asemejan. A partir del siglo XV, el corpus de la literatura clásica, pronto estuvo disponible en forma impresa, y los clásicos se establecieron como base de una plena educación para las clases altas de Europa. En esta época se concedió una seria atención a la recuperación y uso de la pronunciación adecuada del griego y del latín clásicos como en la época áurea. Erasmo de Rotterdam, una de las figuras del Renacimiento, escribió un célebre diálogo sobre la correcta pronunciación de las dos lenguas clásicas.

El año 1453 marcó la extinción final del Imperio Bizantino, descendiente directo del antiguo Imperio Romano. Los problemas de Bizancio habían favorecido ya a la renovación de los estudios griegos en Europa al animar a importantes estudiosos a emigrar a Occidente y a aceptar puestos docentes en Italia y otros lugares. Poco después de 1453, en 1492, el descubrimiento del Nuevo Mundo inauguraba la expansión de Europa hacia el Este, al Oeste y el Sur, sometiendo la lingüística europea al desafío de un número sin precedentes de lenguas recién descubiertas, muy distintas fonológicas y gramaticalmente a cualquier otra hasta entonces conocida. El latín perduró pero se enfrentó a la creciente rivalidad de las lenguas vernáculas de las comunidades lingüísticas europeas más importantes: el inglés, el francés, el italiano, el español y el alemán. La aparición de los estados nacionales y de una clase media comercial y laica y, especialmente en los países protestantes, el uso regular de las lenguas vernáculas en los servicios eclesiásticos y en las traducciones de la Biblia aumentó el status y la relevancia de las lenguas modernas de Europa.

Hacia 1500, la imprenta ya estaba afianzada, por lo que la producción de libros funcionaba plenamente. Esto facilitó la difusión del conocimiento, incluido el de las lenguas antiguas y nuevas.

La lingüística europea ya no podía equipararse al estudio lingüístico del latín y griego. Estas lenguas siguieron estudiándose, en sus formas clásicas, como importantes campos del saber, pero los horizontes lingüísticos de Europa se extendieron enormemente. América, África, el subcontinente indio, el sudeste de Asia y el Lejano Oriente mostraron a los europeos lenguas de increíble complejidad morfológica.

Producto conjunto de los estudios de las lenguas vernáculas europeas, del resurgimiento del latín y el griego clásicos y de la expansión de los horizontes lingüísticos europeos fue el comienzo de serios estudios tipológicos e históricos, frente a las observaciones esporádicas, aisladas y normalmente mal informadas que se habían realizado en las épocas anteriores sobre estos aspectos de la lingüística.

En 1492 aparece la primera gramática castellana de Antonio de Nebrija, en la que se eleva esta lengua a la categoría de la Toscana, heredera privilegiada del latín.

Durante todo el siglo XVI aparecen gramáticas de lenguas vernáculas (español, francés), de lenguas indígenas (quechua, náhuatle), lo que demuestra la necesidad que tienen el nacionalismo político, por un lado, y la Iglesia por otro, de disponer de un instrumento de identificación y de divulgación respectivamente.

En el ámbito de los diccionarios, en 1611 aparece el curioso Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias, verdadera amalgama de conocimientos lexicográficos, folclóricos, enciclopédicos e históricos.



La Ilustración
La lingüística de esta época partió de la idea de que las lenguas tienen vida, lo cual generó preguntas sobre su funcionamiento, cambios, usos, y por supuesto, su origen. En efecto, durante el Renacimiento, el surgimiento de las lenguas vernáculas va a dar lugar a la revitalización de las investigaciones sobre la lengua perfecta o común. En esta línea aparece la la Grammaire (1660) y la Logique (1692) de Port-Royal, que actúa como eslabón entre las teorías racionalistas del s. XVII y las del XVIII,  la Minerva de Francisco Sanchez de las Brozas, El Brocense (1587), las ideas de la lengua por Étienne Bonnot de Condillac (1714 – 1780) o los diversos trabajos vinculados a la gramática por César Chesneau Dumarsais (1676 – 1756).

Abundan las elucubraciones sobre el entendimiento humano, influenciadas sobre todo por la obra de John Locke y Gottfried Leibniz, en las que suele primar la concepción arbitrarista del lenguaje, aunque con considerables diferencias entre locke - que considera la experiencia imprescindible en la formación de las ideas en la mente – y leibniz - férreo defensor de las ideas innatas, que llega en algún momento a rozar el naturalismo platónico-. Será el francés Condillac quien lleva esta perspectiva hasta sus últimas consecuencias, rompiendo toda relación entre concepto y referente, entre signo y objeto. Otro francés famoso, en cambio, se situará en el polo opuesto al reivindicar una concepción completamente naturalista del lenguaje: “el primer lenguaje del hombre es el grito de la Naturaleza” (Rousseau)

A propósito del origen del lenguaje y sus relaciones con el pensamiento, el siglo XVIII se halla dividido entre hipótesis racionalistas e hipótesis empírico sensistas. Muchos pensadores de la Ilustración están influidos por los principios cartesianos.

Hacia el siglo XVIII el estudio del sánscrito se consolidó (William Jones fue uno de los pioneros en este campo) lo cual representó un impulso significativo para el desarrollo de dos tipos de lingüística: a) la comparada (o  gramática comparada, fundada por Franz Bopp con su Sistema de la conjugación del sánscrito), que contrastaba los idiomas de acuerdo a sus características, y b)la histórica que describía el “árbol genealógico” de las diversas lenguas del mundo, tomando como base los análisis comparativos.


La lingüística comparada
Será con la llegada del romanticismo cuando se produzca un importante resurgir de todo lo que tenga que ver con la cultura de los pueblos y de las naciones, con sus particularidades, y en consecuencia, con lo que pudiera significar la expresión del alma del pueblo. En este contexto, uno de los aspectos más apreciados será el de las lenguas nacionales como principal expresión del alma de los pueblos, de ahí el resurgimiento en esta época de abundantes estudios comparativos, etnográficos y descriptivos relacionados con la lengua. Las lenguas tienen vida, se quiere saber cómo son, por qué cambian, para qué se usan realmente, cuál es su origen. Se busca el parentesco entre las distintas lenguas, las leyes que expliquen las analogías, los elementos comunes y diferenciales, etc.

En 1816, en una obra titulada Sistema de la conjugación del sánscrito, Franz Bopp comprendió que las relaciones entre lenguas parientes podían convertirse en una ciencia autónoma. Pero esta escuela, con haber tenido el mérito indisputable de abrir un campo nuevo y fecundo, no llegó a constituir la verdadera ciencia lingüística. Nunca se preocupó por determinar la naturaleza de su objeto de estudio. Y sin tal operación elemental, una ciencia es incapaz de procurarse un método. Hasta 1870, más o menos, no se llegó a plantear la cuestión de cuáles son las condiciones de la vida de las lenguas. Se advirtió entonces que las correspondencias que las unen no son más que uno de los aspectos del fenómeno lingüístico, que la comparación no es más que un medio, un método para reconstruir los hechos.

La lingüística propiamente dicha, que dio a la comparación el lugar que le corresponde exactamente, nació del estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas. Poco después, se formó una escuela nueva, la de los neogramáticos, liderada por alemanes. Su mérito consistió en colocar en perspectiva histórica todos los resultados de las comparaciones, y encadenar así los hechos en su orden natural. Gracias a los neogramáticos quienes centraron sus tesis lingüísticas en base a hechos analizados desde la perspectiva positivista, además de señalar a la lengua no como un “organismo que tiene vida”, sino como una entidad producto de las interacciones con sus hablantes en conjunto con otros elementos lingüísticos. De este modo, las insuficiencias y errores de las ideas filológicas y gramático-comparatistas se hicieron evidentes, lo cual selló el inicio definitivo de la lingüística moderna.


La lingüística descriptiva y teórica del siglo XX
Ferdinand de Saussure cambió por completo la manera de estudiar la lengua. Como padre de la lingüística moderna, plasmó en su Curso de lingüística general (publicado póstumamente en 1916, a pesar de hallarse hoy día ampliamente desbordado por las nuevas perspectivas y corrientes de investigación, supone uno de los mayores hitos, sino el mayor, de la historia de la lingüística, por lo que significó de cambio radical de paradigma, de métodos, de objetivos y de perspectivas) una propuesta teórica de corte estructuralista, en la cual concibió a la lingüística como una ciencia totalmente diferente de la gramática o de la filología, precisamente porque su objeto es estudiar la lengua a través de la lengua, tomando en cuenta todos sus aspectos, variaciones, significados, hablantes, épocas, formas y medios de expresión. Además de su insistencia en que la lingüística general comprende las distintas e igualmente esenciales dimensiones sincrónica (descriptiva) y diacrónica (histórica). En síntesis, las lenguas deben ser observadas no como sumas de entidades, sino como, todos estructurados, donde cada nivel, (léxico, gramatical, fonológico) los elementos funcionan por sus relaciones con otros elementos del mismo nivel y deben definirse en esos términos

La lingüística como disciplina ampliamente reconocida y afanosamente estudiada alcanza su status propio con la expansión mundial de la educación universitaria, especialmente en Norteamérica. Hasta 1957 la lingüística era denominada “taxonómica” debido a su carácter estrictamente observacional. Los lingüistas de la época  insistían en que sólo podrían aceptarse como datos válidos los fenómenos abiertamente observables en el habla o en la escritura y en que toda abstracción hecha a partir de los mismos debe justificarse mediante procedimientos explícitamente formulados.

Ésta era una lingüística empirista extrema. El material lo constituía un corpus observado de datos externamente registrado, considerado como muestra representativa, ya fuesen el resultado de un trabajo de campo en el territorio indio o el registro de cincuenta horas de conversación.


En esta forma más moderna del antiguo y persistente debate entre el racionalismo-empirismo, concibe la lengua como la clave para acceder a la mente y la lingüística como una rama de la psicología cognitiva.

La psicología cognitiva se encarga del estudio de los procesos mentales implicados en el conocimiento. Tiene como objeto de estudio los mecanismos básicos y profundos por los que se elabora el conocimiento, desde la percepción, la memoria y el aprendizaje, hasta la formación de conceptos, procesamiento de información y razonamiento lógico.

La disciplina que actualmente relaciona el proceso cognitivo y las facultades lingüísticas de los seres humanos se denomina neurolingüística, la cual estudia los mecanismos del cerebro humano que facilita el conocimiento y la comprensión del lenguaje, ya sea hablado, escrito o con signos establecidos a partir de su experiencia o de su propia programación.

Aunque el estructuralismo saussureano decayó, la lingüística siguió en pie, con nuevas figuras y enfoques. Desde 1928 hasta 1939, la Escuela de Praga se encargó de continuar el legado de Saussure. A ésta pertenecieron varios lingüistas famosos, tales como Nikolai TrubetzkoyRoman Jakobson y Vilem Mathesius. En 1931,Louis Hjelmslev funda junto con otros colegas el Círculo lingüístico de Copenhague(inspirada en la misma Escuela de Praga), con el objetivo de fomentar las investigaciones en el campo de la lingüística.

           Fundó la fonología estructural con sus Principios de fonología (publicada póstumamente en 1939); Jakobson dedujo las seis funciones del lenguaje; André Martinet introdujo su propuesta de la doble articulación;Norman Fairclough establece un modelo tridimensional para el análisis del discurso;Hjelmslev elaboró la teoría de la glosemática; Joaquim Llisterri impulsó la lingüística computacional mediante tecnologías del habla y Noam Chomsky inició la gramática generativa, donde postuló la existencia de una “gramática universal” y un “órgano del lenguaje”. Estos son sólo algunos de los avances conseguidos por la lingüística moderna.



Gramática generativa – transformacional.
El trabajo de Noam Chomsky ha cambiado por completo la forma de entender y de practicar lingüística. En su perspectiva van a confluir el formalismo lógico, el desarrollo de la teoría lógico-matemática, la filosofía del lenguaje, las nuevas perspectivas en teoría de la ciencia y teoría de la información y, por supuesto, la lingüística clásica (desde Platón hasta Port Royal) y la lingüística estructural americana. El punto de partida es básicamente formal, pero con un claro componente mentalista o anticonductista: “Si el distribucionalismo había fijado como objetivo la elaboración de unas estrategias que aplicadas a unos hechos observados permitían organizarlos y poner así al descubierto la estructura de la lengua, el objetivo de Chomsky es definir una teoría lingüística que permitiera elaborar gramáticas generativas para todas las lengs naturales, como modelos explícitos de la competencia de sus respectivos hablantes”, como señala Robins.
                       
A lo largo de su desarrollo, la teoría chomskiana ha pasado por diversas fases en las que se han creado diferentes modelos, desde la GGT original hasta el programa minimalista de los noventa, pasando por la constante revisión de las reglas transformacionales, las reglas de estructura de frase, el diseño del lexicón, el modelo de principios y parámetros. Además, de la escuela generativista surgen infinidad de ramificaciones, tendencias, corrientes que no podemos, ni de lejos, describir aquí. Nos limitaremos, por lo tanto, a una voluntariamente breve introducción a las bases teóricas del primer generativismo.
                       
El objetivo de la gramática generativa transformacional (en adelante, GGT), es elaborar un sistema de reglas capaz de generar todas y cada una de las oraciones gramaticales de una lengua.  Es decir, crear un modelo de la COMPETENCIA, definida como el conocimiento implícito que el hablante tiene de su lengua y que le permite producir y comprender una cantidad ilimitada de oraciones nuevas, además de reconocer las construcciones agramaticales y reinterpretarlas. La ACTUACIÓN, o aplicación concreta en una contexto determinado de la competencia queda fuera del modelo, y por lo tanto al alcance de las teorías comunicativas o del discurso que surgirán con fuerza en los setenta. Establecido este objetivo, la teoría chomskiana se definirá necesariamente como innatista y universalista, pues si lo que se pretende describir es la competencia, ésta debe concebirse como una capacidad innata y universal en el ser humano, de ahí el interés del lingüista americano por los procesos de aprendizaje de la lengua materna.  Si se acepta tal capacidad lingüística como algo innato (Chomsky va, de hecho, más allá, pues para él también es innata una inclinación natural a la creatividad y productividad lingüísticas), también debe aceptarse que existe una gramática universal (GU) que forma parte de la herencia genética de todo ser humano.

En Aspectos de teoría de la sintaxis (1965) se formula la teoría estándar de la GGT que, como se ha dicho, ha sido reformulada en múltiples ocasiones. En ella se presentaba la que en principio era la herramienta de análisis más potente de la GGT: las reglas transformacionales que permitían pasar de la estructura profunda (representación mental abstracta de un mensaje) a la manifestación concreta o estructura superficial.  Tras la polémica sobre el papel de la semántica del primer lustro de los setenta, la GGT se reformula separando semántica de sintaxis y potenciando la teoría de las huellas. La Semántica generativa (Fillmore, Lakoff, Postal) seguirá su propio camino, considerando que la estructura profunda es una representación semántica y no sintáctica. Su concepto de Lexicón es el fundamento de muchas perspectivas gramaticales actuales y ha sido incorporado incluso por gramaticales formales con implementación en lingüística computacional o inteligencia artificial.

Las gramáticas formales herederas del logicismo generativista se han convertido en herramientas fundamentales para el desarrollo de la lingüística computacional, las redes semánticas y otras aplicaciones informáticas. El auge del innatismo y el mentalismo propiciados por el éxito de las teorías de Chomsky han originado, por otra parte, una fuerte corriente muy alejada del formalismo gramatical: la lingüística cognitiva y las ciencias cognitivas de corte interdisciplinar.


Bibliografía

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Perez, A., Castro, A., Haritzhandy, J., Granja, N., & Parodi, I. (5 de marzo de 2014). Historia de la lingüística. Obtenido de Cátedra de epistemología: http://catedradeepistemologia.blogspot.com/p/historia-de-la-linguistica.html

Rull, C. (5 de marzo de 2014). Verba, Historia de la lingüística. Obtenido de    https://sites.google.com/site/carlesrull/historia

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